Dos zarpazos del Chelsea liquidan a un esforzado Oporto

La verdad absoluta de que el fútbol es efectividad se encarnó en el Sánchez Pizjuán. El Chelsea se metió en el bolsillo el billete a las semifinales de la Champions con dos zarpazos. No necesitó más para desactivar a un Oporto descarado en ataque, que le dobló en presencia en ataque y en ocasiones, pero que penó por sus errores, en defensa y en el área rival. Le fue imposible romper la imbatibilidad de Mendy por más que lo intentó.

En el destierro de Sevilla, los blues quisieron dominar, pero el rival les salió respondón, cumpliendo casi a rajatabla su papel de locales. Sin sus dos mejores hombres, Oliveira y el iraní Taremi, se soltaron en ataque y, sobre todo a balón parado. Probaron a Mendy primero con una volea de Uribe y después con un córner cerradísimo que Otávio quiso convertir en olímpico.

El Chelsea se sacudió el susto y siguió su guión: buscar cómo desajustar a los lusos. Y ese momento lo encontró Jorghino para filtrar un pase a la frontal y que la maravilla de control a la media vuelta de Mount les pusiera en ventaja. Era el primer gol del canterano en Champions.

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