Los aficionados del Elche sabían muy bien que tenían un arma secreta en sus manos a la hora de visitar el campo del Girona para certificar su regreso a la elite del fútbol español. Nada importaba que el conjunto gerundense empatara (0-0) en su visita al estadio Martínez Valero y que un empate sin goles, pasada la prórroga, valiera un ascenso que muchos daban ya por hecho. Juan Francisco Martínez Modesto, Nino, el capitán del conjunto ilicitano, iba a jugar en su campo talismán: el feudo de Montilivi, en el que ya había vivido dos ascensos a Primera.
Cuando el duelo parecía irremisiblemente condenado a marcharse a la prórroga, un solitario tanto de Pere Milla, en el sexto minuto del tiempo añadido, desató la alegría de un equipo que jugó durante más de media hora contra 10. Stuani, el gran goleador del Girona, fue expulsado después de que una fuerte entrada sobre Dani Calvo, castigada inicialmente con amarilla por el árbitro López Toca, fuera considerada finalmente y tras la intervención del VAR con roja directa. El 0-1 final, cómo no, le supo a gloria a Nino.
«He sufrido muchísimas veces porque no se daba la ocasión. Y he ascendido a Primera con otros clubes, pero hacerlo en el club de tu casa es muy especial. Era ahora o nunca. Llevaba dos semanas en el hotel pensando en el momento, sin querer morir en la orilla. He conseguido récords y objetivos, pero la única meta en mi cabeza era esto. Imaginaba que iba a ser bonito. Es un momento único», acertó a señalar el veterano delantero, de 40 años, en los actos oficiales de celebración en el estadio Martínez Valero.