Sandro Rosell ya es un hombre libre, después de su liberación de la cárcel hace un año tras pasar 643 días en prisión preventiva, pero aquello le cambió la vida para siempre. Lo admite él mismo en una nueva entrega de su amplia entrevista con ‘Mundo Deportivo’, en la que realiza una curiosa confesión: cómo fue su entrada en el penal de Soto del Real, en Madrid.
«Recuerdo que nos dieron cuatro preservativos y cuatro bolsitas con vaselina… Me preocupé un poquito», señala, como anécdota. No obstante, no fue aquello lo peor para él, lógicamente, sino los varapalos que recibía de las noticias de sus abogados. «Todos los días que nuestro abogado venía a decirnos que nos habían denegado la libertad condicional de nuevo, siempre por riesgo de fuga, sin justificación aparente, trece veces fueron…», recuerda.
Notar el apoyo de los suyos fue clave para sobrellevar una situación que, visto con perspectiva, le ha cambiado el carácter. «Sí me hice más fuerte. En la cárcel, o mueres internamente como persona o te haces más fuerte», asegura.