Javier Aguirre, entrenador del CD Leganés, vive el confinamiento con los ojos mirando a España y a México. Añora el abrazo a sus hijos y no decirles más a menudo que les quiere y les hecha mucho de menos. El mexicano cree que después de ésta crisis del COVID-19 el mundo cambiará y nuestras costumbres también porque siempre ha sido así después de las guerras o pandemias del pasado.
Bien, de momento estamos bien y con el ánimo en alto porque en mi profesión desde niño me enseñaron a ser disciplinado y ordenado y nos enseñaron a perder sabiendo que mañana podemos ganar. Preocupados también por la familia ya que tengo dos hijos en México DF y otro aquí en España y eso es lo que más nos amarga a mi mujer y a mi. No poder estar al lado de sus hijos es muy jodido para unos padres y sobre todo por los que están allí porque en México han tardado un poco en darse cuenta”.