El Real Madrid derrota a los de Simeone (1-0) y aventaja en seis puntos al Barcelona.
El Bernabéu es un mal lugar para perdonar. Ser impío no es incompatible con ser educado, que es como son Modric, Valverde o Benzema. Una pelota bastó al francés después de todas las que no sirvieron a Vitolo o Correa, los primeros en llegar a portería en un derbi con un Madrid peor del que llegaba al Bernabéu en todo el primer acto, y un Atlético mejor al que estos días mira a su mesías y se santigüa mientras se pregunta qué será de mí. El resultado, sin embargo, no entiende de méritos, no es piadoso, no le importa el VAR y no tiene por qué ser educado. [Narración y estadísticas: 1-0]
La victoria asienta a un Madrid práctico y la derrota con buena cara no sirve de nada al Atlético, ni siquiera para que arrecien las críticas sobre Simeone, porque su trabajo fue mejor que la pericia de sus futbolistas en el coto privado de Courtois. La polémica acción de Casemiro sobre Morata, además, siempre deja una coartada a quien la quiera. Si acaso, sirve para dar la razón al técnico por su insistencia en la búsqueda de un goleador. Carrasco es un parche. En la Champions, lo van a necesitar los dos equipos, diga lo que diga Zidane.
Ahora ya sabemos que la línea de cinco centrocampistas no fue una ocurrencia, ni siquiera una alineación circunstancial. Para este Madrid y este Zidane es, hoy, el eje titular, como prueba su utilización en los últimos choques más importantes, cuando se jugaba un título, en la Supercopa, y en el primer derbi. El resultado de la fórmula, inicialmente, fue peor, aunque la razón no está en la elección, sino en la dinámica. El sistema es únicamente un punto de partida. La ejecución corresponde a los futbolistas y lo cierto es que la del Bernabéu no se asemejó a la de Yeda. Con poca búsqueda del espacio y excesivo balón al pie, partió la línea de la medular blanca como saltan al coso las mulas de arrastre. La reacción de ZZ fue inmediata cuando todo estaba por decidir gracias a la clemencia rojiblanca. Kroos e Isco se quedaron en la caseta en el descanso y entraron Vinicius y Lucas Vázquez.